Era un pibe y era de aquí

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Bartolomé García Lorenzo “Tanausú” murió el viernes 24 de septiembre de 1976 en Santa Cruz de Tenerife, tras recibir más de 30 disparos de la Policía
Mural en homenaje a Bartolomé García Lorenzo en 2011. Fuente: Diario de Avisos.

En los anales de la Transición política en Canarias quedan sucesos poco conocidos para la opinión pública. Uno de ellos es el asesinato del joven estudiante de 21 años Bartolomé García Lorenzo, apodado como “Tanausú”, acribillado a balazos en la puerta de la casa de su prima, Antonia Lorenzo. Este hecho provocó un movimiento sin precedentes en las islas capitalinas, principalmente en Tenerife, ya que el joven era de la isla. Los verdugos de Bartolomé no solo no cumplieron ninguna condena por el “error” de disparar más de 30 veces al estudiante, sino que en algunos de los casos fueron ascendidos o promocionados a otros puestos. Pese a ello, el suceso vive en la memoria histórica del pueblo canario. Eso sí, moribundo y casi desapercibido. 


Una “confusión” de más de 30 disparos
Era la noche del 22 de septiembre de 1976. En la casa de Antonia Lorenzo en Somosierra (Santa Cruz de Tenerife) se encontraba su primo Bartolomé García. A ella acudieron seis policías de paisano. Suena la puerta y preguntan por el joven de 21 años. Al ver que le apuantan con armas de fuego, Bartolomé García Lorenzo intentó cerrarla. Los policías abrieron fuego realizando 33 disparos. Cuatro de ellos impactaron en el joven estudiante, provocándole importantes daños en el pulmón. La excusa de los agentes fue que buscaban en la casa a Ángel Cabrera, “el rubio de Arucas”, acusado de asesinar al falangista Eufemiano Fuentes Cabrera. Sin embargo Cabrera ni siquiera estaba en la isla de Tenerife.

La Provincia informa al día siguiente del suceso. Lo hace en titulares, con medio artículo en “Sucesos” y en la contraportada. Califican de “malintencionada” la confidencia de que “el rubio” estaba en la casa de Somosierra. El dato curioso que expone el diario, es que “Tanausú” cerró la puerta porque pensaba que el que venía hacia él era Ángel Cabrera y no la policía. Según esta afirmación, “el rubio” provocaba miedo entre la gente de a pie, un extremo que no está probado en ningún caso. 

Son los mismos policías los que trasladan a Bartolomé al hospital, en una situación muy delicada. El joven era originario de Santa Cruz, estudiaba Magisterio y tenía nueve hermanos. Su padre había sido teniente de la Guardia Civil y uno de sus hermanos era Policía Municipal. El periódico La Provincia descarta cualquier relación de “Tanausú” con “el rubio” y asegura que carece de “antecedentes políticos y penales”. Se sabe que Bartolomé García Lorenzo pertenecía al grupo de montaña Tanausú y se sospecha que tenía inquietudes independentistas. No se conoce a ciencia cierta si militaba en el MPAIAC, como así afirman algunas fuentes, pero existen importantes indicios sobre su filiación a la causa independentista canaria, floreciente en aquellos años. Para el historiador Zebensui López no está probada la pertenencia de Bartolomé al MPAIAC. Según la versión de Cubillo, Bartolomé García Lorenzo tenía acceso a información secreta de las fuerzas policiales, dado que su padre era Guardia Civil. En opinión de Zebensui López esta información tiene cierta consistencia, aunque no hay pruebas. En otros casos, recuerda López, Antonio Cubillo había atribuido un puesto en el MPAIAC a algún asesinado de la Transición como Antonio Padilla, cuando este extremo es desmentido por el también historiador Domingo Garí en “Tenerife Rojo”, dado que se ha demostrado que la versión de Cubillo era falsa.

Al día siguiente Bartolomé sigue en estado grave, pese a haber recobrado el conocimiento. Muchas personas acuden a donar sangre de manera voluntaria. Pero fuera del hospital el movimiento empieza a organizarse. La Asociación Juvenil “Tres de Mayo”, la Asociación de Vecinos de Somosierra y el Grupo de montañismo “Tanausú”, se unen para rechazar el asesinato. En la Universidad de La Laguna, doscientos estudiantes se reunieron para convocar una jornada de lucha para el lunes siguiente. El diario La Provincia expone el dato de que la casa de Antonia Lorenzo estaba siendo vigilada, pues se rumorea que conoció a Ángel Cabrera en Londres. 

El sábado 25 de septiembre La Provincia titula un recuadro en la sección de Sucesos, de la siguiente forma: “Tras el incidente con la Policía, que lo confundió con el Rubio. Falleció el joven Bartolomé García Lorenzo”. Fue a las 6:20 de la tarde del viernes 24 de septiembre, cuando el corazón del joven de 21 años dejó de luchar. Y la calle comienza a actuar. Protestas contra la actuación policial, vuelco de vehículos, rotura de escaparates y enfrentamientos con la fuerza pública, que cargó con pelotas de goma, fueron algunos de los sucesos acaecidos en las calles de Santa Cruz en esa jornada. Grupos políticos y asociaciones difunden documentos de condena e incitan a acudir al entierro que tendrá lugar el sábado. “Tanausú” ha muerto, pero la calle todavía no ha hablado.

La calle se moviliza por Bartolomé

Fotografía del homenaje del año 2011. Fuente: Arriba las que luchan.
El entierro congregó a unas 25.000 personas en Santa Cruz. El diario La Provincia habla de varios altercados durante el traslado del cuerpo, como enfrentamientos de manifestantes con la Policía, cinco guaguas quemadas o el vehículo del alcalde apedreado. Como detalle, el Gobernador Civil no acudió al sepelio. El sacerdote oficiante tomó partido y pronunció frases como “siempre es condenable la muerte de un hombre a manos de otro” o “la violencia, venga de donde venga, no solo no soluciona nada, sino que agrava los hechos”, mediando en el clima de enfrentamiento. Durante el acto se pronunciaron gritos políticos, dice La Provincia, “acallados por la multitud”.

Para el lunes 28 se convocó una jornada de lucha. “Santa Cruz, paralizada”, es el titular de La Provincia en portada. Muchos establecimientos cerraron ante la avalancha de barricadas y tensión en las calles santacruceras. En total la huelga improvisada fue seguida por el 80% de la población laboral aproximadamente. Además se extendió a La Laguna y zonas del interior de la isla. La Policía usó todas sus fuerzas para disolver a los manifestantes. Era una manifestación sin parangón en la isla. La Provincia afirma que recuerda a la de 1936, previa al golpe militar. El Diario de Avisos o la Hoja del lunes, de El Día, sacaron una versión reducida y dedicada casi en exclusiva a hablar de los hechos. Los detenidos se contaban por decenas, pero no hubo ningún tipo de amnistía para ellos, pese a reunirse una comisión con el Gobernador Civil en post de pedírsela.

En Las Palmas de Gran Canaria, mientras tanto, no se autorizó el funeral en memoria del joven en la Catedral de Las Palmas. Unas 1.500 personas quisieron rendir homenaje al asesinado, provocando la represión por parte de las fuerzas policiales, que usó pelotas de goma para acallar gritos como “Bartolomé hermano no te olvidamos”. Con el paso de las horas la ciudad fue el lugar de concentración de entre 5.000 y 10.000 personas. Numerosas organizaciones sociales y políticas, tanto en Tenerife como en Gran Canaria, mostraron su rechazo al hecho acaecido en el barrio de Somosierra.

Verdugos ascendidos
Placa en memoria de Bartolomé García Lorenzo. Fuente: Canarias Actual.
Los detalles del asesinato del asesinato de Bartolomé García Lorenzo también salen a relucir a nivel estatal en El País. En el mismo diario se comienza a hablar de las primeras diligencias en torno a la responsabilidad del asesinato, diligencias que finalizan días después. Los miembros de la Policía disfrutaban de un fuero por el cual no podían ingresar en prisión, sino cumplir condena en dependencias policiales. Todo queda a la espera de lo que dictamine la Audiencia.

Pedro Fernaud firma, en octubre de 1977, una serie de artículos de opinión sobre la cuestión canaria en el diario El País. Fernaud se muestra contrario a todas las teorías independentistas que están surgiendo en Canarias, pero recuerda que la abstención electoral en Tenerife alcanza un 38%, quizá debido a la marea independentista que se empezaba a mostrar como “problema de Estado”. Enuncia los hechos derivados de la muerte del joven estudiante como un acto de violencia social más. Sin embargo la reacción a la muerte de “Tanausú” fue el mayor estallido social de esa coyuntura, como así nos recuerda Zebensui López, característica que para el historiador pasa por ser el detalle más importante de este suceso. En diciembre del mismo año, tras el asesinato de Javier Fernández Quesada, otro artículo destaca la delicada situación laboral como posible causa de la tensión social. 

En febrero de 1982 se dicta sentencia para los policías. La pena final es mucho menor de lo que pedía la acusación y queda fijada en dos años de prisión y una indemnización de cuatro millones de pesetas para la familia. Pero en 1987 el diario El País vuelve a hablar de los verdugos del joven. Esta vez para asegurar que los seis policías siguen en activo y que sus responsabilidades penales habían desaparecido el 28 de febrero de 1986, por orden de la Audiencia de Tenerife. Juan Merino fue ascendido a subcomisario en 1981. El Inspector José Antonio Arco era en esa época jefe de contravigilancia en la unidad de protección de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana en Madrid y había sido escolta del Ministro de Sanidad Ernest Lluch entre 1982 y 1986. Vicente Toribio trabajó en la Comisaría Provincial de Zamora. Ángel Estrada por su parte, estuvo destinado en Madrid. También siguieron en el cuerpo Juan Gregorio Valentín Oramas y Miguel Guillermo López García. A ninguno se le limitó la capacidad de ascenso en su puesto de trabajo y sus compañeros le mostraron su solidaridad desde que fueron llevados a Madrid.

¿Una Transición ejemplar?
En el año 2012 el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife colocó el nombre del estudiante en una plaza del barrio García Escámez. Entraba en la memoria así, por lo menos desde la oficialidad, la historia de Bartolomé García, un joven asesinado por razones que todavía no han sido esclarecidas del todo. Colectivos sociales y políticos de todo el Archipiélago suelen rememorar cada año la figura del estudiante. Zebensui López Trujillo, historiador especializado en el período, destaca la relevancia social que tuvo el suceso. Para López, el caso de Bartolomé logró politizar a un importante contingente humano sobre todo en la isla de Tenerife. Además destierra el discurso oficialista de una “transición ejemplar”, ya que según el historiador, la represión fue “brutal”. Un período represivo que solo es comparable a la época previa a la Guerra Civil. 


El pasado 24 de septiembre se cumplieron 37 años de este bochornoso caso. Un suceso poco conocido en la sociedad canaria y que va más allá del significado político del asesinado, para retratar las formas que toma el poder en Canarias cuando se ve amenazado ideológicamente. El poder de la fuerza contra el poder de las masas. Y ese día cayó un pibe, que era de aquí, de Canarias.



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Sietesitios 2014
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