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Fuente: EFE |
Un vertido de petróleo, procedente de un barco, tiñe un kilómetro de la costa sureste de Gran Canaria de negro. La Capitanía Marítima de Las Palmas, autoridad competente, ha restado importancia y ha criticado los métodos de limpieza de voluntarios y operarios del Ayuntamiento de Agüimes
Corre la década de los 70 del siglo XV. Un extranjero se acerca por la costa con aires de conquista y no es recibido con agasajos precisamente. Las piedras que llueven de la orilla alcanzan la cabeza y la dentadura, para siempre desgarrada, de aquel conquistador. Su nombre era Pedro Hernández Cabrón y en honor a su llegada o a su irreparable pérdida, vaya a usted a saber, la cala donde sucedieron los hechos recibió el nombre de “Playa de Cabrón”. El miedo que atenazó al navegante gaditano se agudizó tras una nueva derrota el día de San Bartolomé de 1479 en la Caldera de Tirajana. Tras salir con vida, brindó una imagen de San Bartolomé al pueblo de Tunte. Toda esta historia ha circundado la actualidad de las islas en los últimos días, porque la cala ha vuelto a ser protagonista. Un vertido de piche cubrió un kilómetro de longitud en la costa sureste de Gran Canaria. Hasta el momento se han recogido 20 toneladas de fuel, a pesar de lo cual ha sido calificado por la Capitanía Marítima como “un vertido sin importancia”. Eso sí: el petróleo ha sido recogido principalmente por voluntarios y personal del Ayuntamiento de Agüimes y no por esta Capitanía.
“Hasta la ola que rompe en la orilla”, dijo Soria
La tarde caía sobre la costa sureste de Gran Canaria en un apacible miércoles. Un buceador sale del agua y nota que huele a petróleo. El olor se va haciendo más insistente y ya lo sienten otros buceadores y los vecinos, que dan la voz de alerta. Un grupo de voluntarios inicia las tareas de limpieza, ayudados por 25 operarios del Ayuntamiento de Agüimes. Al día siguiente se congregan varios voluntarios más de todos los puntos de la isla. Se calcula que han podido participar unos 200 voluntarios. El Presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, visita la zona y recibe reproches por la tardanza por parte del Alcalde de Agüimes, Antonio Morales. No hay noticias del Gobierno de España, pero iban a llegar
Llegan de parte de la Capitanía Marítima, para quitarle hierro al asunto. Destaca que es un vertido de “poca importancia”, con solo 100 metros de costa afectada. Al final se ha sabido que ha sido afectada un kilometro de costa, pero si hubieran sido solo 100 metros también hubiera seguido estando dentro de la jurisdicción española, atendiendo a las declaraciones de Soria sobre las aguas. “Hasta la ola que rompe en la orilla es española”, aseguró el Ministro de Industria, Energía y Turismo. Pedro Mederos, capitán marino de Las Palmas, considera que es remota la posibilidad de que se haya debido a la limpieza de las bodegas y cree sin embargo que se debe a la pérdida de combustible de un barco, ya que el fuel es demasiado limpio. Mederos declaró que es posible que se provoque más daño con las tareas de limpieza que con el mismo vertido, ya que se están usando picos y palas y no el absorbente que ellos proporcionaron.
Tarde y con críticas sobre el procedimiento. Así actúa la Capitanía Marítima, lo que conlleva el enfado del Alcalde de Agüimes, Antonio Morales. Morales cree que la Capitanía actúa de manera “irresponsable” y les insta a que vengan a limpiar, en vez de menospreciar a los centenares de voluntarios que se estaban dejando tiempo, dinero y salud en la limpieza de la costa. El responsable del Consistorio de Agüimes también afirmó que Canarias no está preparada para este tipo de accidentes, pese a que pasan muchos barcos por la costa. Considera el alcalde que no se están llevando a cabo los controles oportunos con los barcos que salen de Puerto.
Una zona de interés por sus fondos marinos
La preocupación de Antonio Morales con la falta de control de los barcos, no es gratuita. En abril se registró otro vertido en las playas de Castillo del Romeral y Playa del Águila. Unos 1.500 barcos pasan anualmente por las costas canarias y a la luz de los hechos, los controles no son los adecuados o por lo menos suficientes. En esta ocasión ha afectado a una zona que pretende ser Reserva Marina. Un lugar de mucho interés para buceadores, donde abundan especies marinas como morenas, salmonetes, abades o meros. Por suerte el vertido no ha afectado a los fondos marinos.
Durante esta semana se reanudarán las labores de limpieza. Con este vertido ha sido inevitable pensar en las prospecciones petrolíferas previstas en las aguas entre Fuerteventura y Lanzarote y más de un corazón se ha encogido. Este hecho ha sucedido con un pequeño vertido procedente de un barco en movimiento, pero la sociedad está temerosa de que un blow up (explosión incontrolada) procedente de las prospecciones petrolíferas, pueda teñir de negro una parte importante de las aguas canarias. Por si fuera poco, los responsables, en este caso la Capitanía Marítima, no se han mostrado capaces de solucionar el problema. En cambio, se han dedicado a restar importancia y a criticar la forma en la que se estaba limpiando la costa. Por la misma costa donde entró Pedro Hernández Cabrón, unos señores con otros barcos más modernos, se han asomado con prepotencia ante la desgracia.