La cohesión de una sociedad, de un país como el nuestro
frente al Gobierno de España está dando sus frutos. Estos resultados se manifiestan, por un lado, en la puesta de
serias trabas jurídicas y políticas que ralentizan el atentado medioambiental y
económico que suponen las prospecciones petrolíferas de Repsol en nuestras
aguas. Y por otro lado, en la ofensiva represora del Estado Español y el dinero
gastado por Repsol en intentar dividir a la sociedad canaria con propaganda
barata pero masiva.
Sin
embargo, creemos conveniente repasar la ofensiva española frente a la voluntad
de nuestro pueblo en su empeño de imponer sus intereses coloniales. Lo creemos
porque es fundamental ver con perspectiva las maniobras del imperio, de España,
para comprender de manera más completa el conflicto. Son cuestiones que a pesar
de la apariencia no son inconexas. Y
sobre todo por lo que podamos aprender de las mismas y la necesidad de
valorarlas en su justa medida ya que, por desgracia, la ciudadanía canaria
tiende a olvidar y ‘dejar pasar’ los constantes agravios a los que se le
somete.
Lamasiva movilización en la ciudad de Telde contra el pregón de Jose Manuel Soria fue quizás la mejor respuesta que se le ha dado a las habituales maniobras y
gestos provocadores del Partido Popular en Canarias a pesar de los heridos y
las detenciones. El intento de criminalización que justifique una represión
violenta que divida a la sociedad canaria constituye una de las toscas
estrategias del Partido Popular que, de momento, no le ha funcionado. Al
contrario, las evidencias hablan por sí solas, y el mejor exponente es quizás
la grabación que dio la vuelta al Estado de cómo un miembro de la policía española agredió brutalmente a un manifestante canario pacífico.
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Telde da la bienvenida a Jose Manuel Soria. Agencia EFE |
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Ciudadana víctima de una brutal agresión por parte de la Policía española en Telde. |
Desde
el aparato mediático y judicial español también se proyectó la represión. Una
vez más Editorial Prensa Ibérica se prestó a ello en su habitual línea de
compromiso y estrecha colaboración con los aparatos represivos. En este caso hablamos de la denominada ‘Operación Carrete’, una surrealista operación dondese detuvo de manera arbitraria a 5 jóvenes canarios que se manifestaban contrael petróleo sin que aún quede muy claro de qué se les acusa. Además de la
detención en sus domicilios, fueron señalados con datos personales en las
páginas de La Opinión (Editorial Prensa Ibérica) como delincuentes si tansiquiera haber sido juzgados. Entre ellos destaca el artista JM, músico del
grupo de rap ‘Achicatnas’. Toda esta operación fue, en todo momento, aplaudida
y exaltada por este medio de comunicación español en las Islas.
Al
mismo tiempo no faltaron casos reproche a la oposición canaria en base a los prejuicios racistas arraigados en la sociedad española sobre los
canarios. La prensa española se hacía eco de artículos de opinión de corteracista donde se calificaba a los canarios de ‘vagos’, ‘aplatanados’,‘mantenidos’ e ‘ignorantes manipulados por caciques’. Todo ello unido a una
constante falta de respeto a las instituciones canarias y la voluntad de los
canarios por parte del Partido Popular.
Pero
si algo ha terminado de indignar a la sociedad canaria y hacer crecer la
solidaridad internacional con esta lucha ha sido la marea negra que invadió las
costas del sureste de Gran Canaria recientemente. Una oleada solidaria acudió
masivamente a limpiar la costa ante el desprecio de la Delegación del Gobierno
español y el Cabildo de la Isla en manos del Partido Popular. Sólo el
Ayuntamiento de Agüimes y el Gobierno de Canarias intervinieron desde el primer
momento. El Gobierno de España no sólo intervino tarde, sino que osó reprochar
y desdeñar a los ciudadanos voluntarios que pusieron en riesgo su salud por el
medioambiente.
Aunque
la útil oposición de la sociedad canaria y la bajada de ventas de las
gasolineras de Repsol en Canarias pudiera otorgársele como origen y causa de la
risible campaña de anuncios de la multinacional. Pero para ser sinceros, a
nosotros se nos antoja un auténtico insulto a la inteligencia de todo un pueblo
que aún creen menor de edad, dispuesto a venderse y deslumbrarse a cambio de
las palabras mágicas ‘puestos de trabajo’.
Esta
actitud hostil y soberbia acompañada de la imposición y desprecio a la sociedad
canaria y sus instituciones nos lleva a reflexionar ¿Existe una voluntad de
dañar el potente sector turístico de nuestro país?¿Podría responder esto a una
presión del sector turístico español ante la competencia que le hace en canario
con cifras records?