La Navidad canaria es la gran desconocida frente a los modelos navideños importados desde Europa y Estados Unidos. Una necesidad del capitalismo tan bien acogida por un pueblo cada vez más desarraigado.
Cada año, por estas fechas, un guineo de casposos
villancicos, picantes lumínicas, machangos rojos colgando de las casas e iconos anglosajones invaden nuestras calles. Mientras, los medios de
comunicación con su majadería, encochinados en un consumismo ilimitado y una
felicidad de cartón piedra. En Canarias, la celebración de la Navidad se
remonta a los tiempos de la conquista europea y la forzada cristianización.
Pero, tras cinco siglos acompañando al pueblo canario, la navidad de nuestros
antepasados ¿Era la misma que celebramos en en el presente? ¿Tiene sentido el
derroche consumista y el desenfreno con el que la vivimos?
La
navidad procede de festividades paganas de los antiguos romanos, era el
renacimiento del sol invicto. Esta festividad, ante la dificultad de ser
erradicada por el cristianismo dominante, fueron ‘cristianizadas’ sustituyendo
el nacimiento del sol por el del niño Jesús, estableciéndose así un proceso de
sincretización que favoreció la cristianización de la sociedad. Igualmente, en
muchos pueblos animistas de la antigüedad, como entre los indígenas canarios,
las fechas eran especialmente observadas por producirse el solsticio de
invierno. En el mundo bereber preislámico, esta fecha se denominaba Tawwurt
n Tegrest, es decir, ‘La Puerta del Invierno’. Se celebraba con una cena
familiar y privada de gran abundancia. El objetivo era, mediante un acto de
magia simpática, atraer e infundir fertilidad y abundancia a las cosechas que estaban en curso.
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Antiguas figuras de nacimiento de Gran Canaria de barro cocido y con el traje tradicional del siglo XIX |
La
Navidad, llegada a Canarias con la colonización, adquirió características
propias. Habían tres días fundamentales: Nochebuena, Nochevieja y Reyes. En la
tarde y noche anterior a Los Reyes Magos se celebraban los ‘Autos de Reyes’,
una representación teatral que aún pervive en algunas localidades del país como
Candelaria, Agüimes, Betancuria, Gáldar, Haría, Tegueste, Garafía, Telde o
Tejina. Por el contrario, las cabalgatas de Reyes fueron importadas de España
el siglo pasado. Otras Particularidades tradicionales fundamentales de la
Navidad canaria son las “Misas de luz”, y los ‘Nacimientos’
(Belenes) emulando el mundo campesino isleño –hoy se han sustituido por figuras
y escenarios importados de España-. En el ámbito gastronómico destacan elmazapán de almendra, bienmesabes,truchas de batata etc. En el campo musical y festivo encontramos una granriqueza folclórica hoy tan desconocida y sustituida por la perreta de los
villancicos castellanos: Los Ranchos de Pascua, Los Divinos, Tajaraste del Niño...etc.
Todo un legado singular de nuestro país que casi ha desaparecido a cambio de
una celebración de postín. Un insalubre pastiche, tan bien promovido, que combina las españoladas importadas
durante el siglo pasado con las figuritas y personajes de las blancas navidades
anglosajonas. Hasta en la navidad, Canarias pierde su identidad entre la
ignorancia y la infravaloración. Un país convertido en un suvenir turístico
carente de personalidad propia.