La oportunidad de cambiar

lunes, 14 de octubre de 2013

Acuerdos internacionales que ahogan los cultivos de exportación, ayudas europeas que se acaban y con solo un 20% de producción para autoconsumo. Esta es la situación actual de la agricultura en Canarias

La visita del comisario europeo de agricultura Dacian Ciolos el pasado 18 y 19 de Septiembre a Canarias hizo correr ríos de tintas. Como punto principal en la agenda del comisario, estaba el futuro del Programa Específico de Ayudas Europeas para la Producción Local Insular (POSEI). El periplo por la orografía de la isla de Tenerife visitando explotaciones agrarias levantó además, algunas ampollas entre algunos sectores agrícolas de otras islas, que están viendo agravada su situación por el retraso de las ayudas.

Entre las declaraciones de Ciolos, tal vez la más esperada fue el compromiso de la UE en no disminuir los fondos para Canarias. Sin embargo, otras no acapararon tanta atención por parte de los medios de información. Tal vez sea porque en Canarias prima la concesión de subvenciones, el cómo se deben emplear es harina de otro costal.

Declaraciones como que “En Canarias el sector agrícola no aprovecha el turismo que llega a Canarias para dar a conocer sus productos.”.”Los turistas se aíslan en los hoteles donde consumen productos importados…”, “...se debe ser más cauto con las ayudas del REA y tomar ejemplo de la isla Reunión, donde se prioriza la producción local frente a las importaciones.”, “...el futuro de algunos de estos sectores agrícolas dependerá de la capacidad que tienen los productores de colaborar con la distribución y el sector comercial”, da muestra de que Ciolos tiene conocimiento de una parte de la situación del sector agrícola en Canarias. 

Estas observaciones seguro que no son del agrado de algunos ya que, a pesar de no ser nuevas, nunca han tenido el calado suficiente para ser tenidas en cuenta, a juicio de los diferentes partidos políticos que han pasado por el Gobierno de Canarias

Cultivos de plataneras en la isla de La Palma
Similitudes y diferencias entre la Isla Reunión y Canarias

Canarias, por su condición insular y de lejanía de España, posee una serie de particularidades compartidas con otras Regiones Ultraperifericas (RUP) de la UE. Un ejemplo es la Isla Reunión, perteneciente a Francia. Las similitudes son varias, entre ellas los monocultivos, una gran densidad de población, bajos salarios, un alto desempleo y además, ambas son beneficiarias de las ayudas del POSEI . 

Hasta aquí las similitudes entre nuestro país y la isla del Océano Índico, ya que es en la diversidad económica dónde estriban las diferencias fundamentales. 

En el caso de Reunión, el sector primario como el terciario, de nueva implantación, se complementan en el reparto del PIB. Cultivos como la vainilla, mango, fresa y aceites esenciales para consumo propio, se complementan con el cultivo de caña de azúcar (que ocupa el 60% de la superficie cultivable y se exporta el 50%) y el tomate (el 90% para consumo local y el 10% restante para su exportación). En Canarias por el contrario, el sector primario (agricultura, ganadería…) representa un marginal 4% del PIB frente al 75% del sector terciario (turismo, comercio, hostelería…) 

¿Cual es la situación de la agricultura canaria?

En la actualidad, los cultivos de exportación tienen un gran peso en nuestra agricultura frente a la producción para consumo local. El 22% de la producción agrícola del Archipiélago está vinculada al plátano (la cuota de exportación es del 90%), siguiéndole los dedicados al tomate que representa un 16% de la producción (75% para exportación). 

El sector primario, solo ocupa hoy el 10% de la superficie cultivable. Además de los citados anteriormente, destaca el cultivo de papas, viñas, frutas y hortalizas. Tradicionalmente había un policultivo de secano que atendía a las necesidades del país, pero en el presente ha dado paso a la agricultura de exportación. En consecuencia, la agricultura canaria sólo cubre el 20% de las necesidades alimenticias de la población.

Los dos cultivos mayoritarios en las islas no pasan por su mejor momento. Hace casi 20 años comenzaba la llamada “guerra del banano”. Las multinacionales estadounidenses (Dole, Chiquita y Del Monte) ganaron la lucha en 2009. Los aranceles europeos que limitaban sus exportaciones a la zona euro para que estas no sobrepasaran el 50% del mercado, gravaban la entrada de sus productos. En aquel año, la UE se comprometía a bajar los precios arancelarios de 176 dólares por tonelada hasta unos 114 dólares en 2016, poniendo fin a la disputa comercial más larga del mundo que involucra a los exportadores de la fruta. Las pérdidas para el sector platanero isleño se hicieron notar: la equiparación de precios del plátano canario frente a la banana produjo pérdidas de 24 millones de euros los dos primeros meses del 2010. Acabó con el desecho de 15 millones de kilos de plátanos para poder mantener la oferta acorde con la demanda. La UE se negó a ofrecer más ayudas al sector argumentando que ya recibían ayudas económicas cifradas en 141 millones de euros

Toneladas de tomates arrojadas cerca de Los Velez, Telde. Fuente: Canarias7
El sector del tomate por su parte se enfrenta a una crisis más acuciante debido a la implantación del tratado de Marruecos que, en poco tiempo, ha visto como las exportaciones caían casi un 50% con pérdidas del 70%. Por ende, los productores de tomates no reciben ayudas directas del POSEI como los plataneros, enfrentándose a una deuda que ronda los 38 millones de euros por los incumplimientos de las administraciones autonómica y central en materia de ayudas del POSEI.

Si dejamos de lado los cultivos de exportación, el panorama es aún más desolador. Los productores de papas habitualmente no cubren gastos con las ventas. Las grandes cadenas de supermercados (a excepción de SPAR que garantiza el coste de producción a los agricultores), para ganar cuota de mercado bajan los precios que pagan al agricultor. En el mejor de los casos, abonan al productor 0.35 € el kilo cuando el coste de producción es de 0.55 €. Aún es más alarmante cuando el precio final de venta es tres veces superior, mientras que, la papa de importación subvencionada por el REA, es más barata. Se obtiene así un gran margen de beneficio para los intermediarios mientras se arruina a productores y consumidores.

Canarias ante el panorama agrícola internacional 

La visita y palabras del comisario Dacian Ciolos, viene a exponer el organigrama que el Gobierno de Canarias debe tomar en los próximos años. Con una Unión Europea más propensa a generar recortes se ha confirmado que se mantendrán las ayudas al POSEI, no obstante para la UE ha sido una situación especial que no librará a Canarias de un recorte del 20% en el periodo 2014-2020. Las recomendaciones son la mejora de la elaboración y comercialización, apoyar las producciones propias frente a las importaciones, hacer un mejor uso del REA, adaptarse a nuevas demandas de mercado y por último, que el sector turístico se apoye en la agricultura local.

Nuestra agricultura no pasa por su mejor momento. Un sector que se ha centrado mayoritariamente en la exportación abandonando el autoabastecimiento, una explotación minúscula de las tierras cultivables, ayudas que se centran en los cultivos del plátano y el tomate y escasa industrialización. Un Régimen Especial de Abastecimientos que perseguía equiparar los precios en mercados como el insular a los del continente Europeo, compensando el coste de su transporte por mar. Pero la práctica evidencia algo muy distinto. Sólo ha conseguido que se compita de manera desleal con nuestra producción nacional y un paulatino descenso de las exportaciones de plátanos. Una caída que aumentará el 2%-5% del IPC en la cesta de la compra en Canarias, ya de por sí la más cara de todo el Estado español.

En Canarias, los monocultivos y sus posteriores crisis han sido una constante histórica: la caña de azúcar, el vino, la cochinilla… que han dejado a lo largo de los siglos un saldo de pobreza y emigración. Tenemos antes nosotros todas las evidencias de otra crisis de los monocultivos, de los que siempre hemos vivido hasta agotarlos. Estas, aparte de un contratiempo puede representar una oportunidad para cambiar y no repetir nuestro pasado. Oportunidad de diversificar nuestra agricultura, de apoyar el regreso de los jóvenes al sector agrícola/ganadero, de fomentar la agricultura tradicional y ecológica junto a las nuevas técnicas de cultivo, apostar por el autoconsumo, dar a conocer las bondades de nuestros productos a la gran cantidad de turistas que se acercan cada año a nuestras islas. Pero, ¿hay disposición política para generar el cambio?


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